Las  empresas  tienen  que ser capaces de satisfacer las expectativas y ambiciones de cinco generaciones muy diferentes, desde la generación X hasta la Z, pasando por los exigentes Millennials e incluso algunos Baby Boomers.

La  transformación  digital  es  un hecho, por ejemplo: el servicio al cliente, 24 horas durante 7 días con respuesta inmediata, es posible gracias a la tecnología de chatbot.
Todo  cambio  en  la  estrategia  de  una  organización,  incluso  la simple digitalización de un proceso, implica disrupción y toca dos pilares  muy  importantes:  Cultura  y  Personas.  

Es  aquí  donde  Recursos Humanos se convierte en la pieza clave para poder liderar el cambio y poner a los empleados en el centro.

Para que la transformación de la empresa, motivada por cualquier  factor  interno  o  externo,  tenga  éxito,  se  debe  contratar  al  mejor talento, con habilidades específicas para nuevos puestos de trabajo que a lo mejor hasta hoy no se conocían, por ejemplo hace unos años nadie se imaginaba que existiría un puesto de “manager de redes sociales” o “creador de contenidos de YouTube”. Por  otro  lado,  también  es  necesario  ofrecer  la  posibilidad  al empleado de poder reinventarse, no solo a aquellos que ocupan un  puesto  a  lo  mejor  amenazado  por  nuevas  tecnologías  como la inteligencia artificial, sino también a aquellos más ambiciosos y
curiosos.

Tener  una  marca  de  empleador  buena  y  ofrecer  paquetes  de beneficios diferenciales ya no son suficientes. Las empresas están llamadas  a  generar  experiencias  únicas  para  sus  empleados, al igual que lo hacen con sus clientes.

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